Adjunto un articulo que me ha parecido interesante y ya sabeis cuando acaricieis a uno de vuestros jerbos y emita un ruidito tal vez no se esté quejando porque no le gusta lo que le haceis sino todo lo contrario y quizás esté riendo por las cosquis...
Según explicaciones del líder que preside el equipo que investiga la conducta animal en la Escuela de Veterinaria Cummings de la Escuela de Medicina Tufts y Animal Planet, profesor Nicholas Dodman, hasta hace muy poco los científicos habían subestimado la emocionalidad de los animales. El investigador sostiene que en la actualidad los científicos comprenden con claridad que los mamíferos experimentan emociones primarias como el miedo, la tristeza, la ira y la felicidad, y hasta emociones secundarias como los celos y la vergüenza, que son capaces de comunicar esas emociones.
Dodman dice que los perros hasta tienen sentido del humor y se ríen con una especie de chiflido. En cuanto a la sonrisa de los perros, Dodman señala que es posible notar que los labios de los animales cuando éstos se pliegan horizontalmente en lo que se pudiera llamar una sonrisa sumisa, una señal de que el perro no constituye una amenaza. Es una expresión que desarma a un posible agresor, al igual que la sonrisa humana. En el caso de los los gatos, es más difícil identificar una sonrisa porque tienen la boca curva por naturaleza. Sin embargo, son emocionalmente sensibles, domesticables y afectuosos.
Por tu parte, Marc Bekoff, profesor emérito de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Colorado y autor de The Animal Manifesto: Six Reasons for Increasing our Compassion Footprint (El Manifiesto Animal: Seis razones para incrementar nuestra huella de la compasión) coincide con Dodman. “Las personas son a menudo agudos observadores de la conducta animal, mucho más de lo que se dan crédito por ello”, afirma el experto en las emociones de los animales. Bekoff señala que las investigaciones científicas, en su gran mayoría, eventualmente confirman lo que los amantes de los animales intuyen y observan. Parte de la laguna científica se debe al hecho de “estudiar a un animal en una caja”, como lo llama Dodman. El científico, quien imparte actualmente una serie de lecturas sobre la conducta de perros y gatos, explica que la comprensión de la riqueza y la profundidad de la vida animal ha mejorado con investigadores como Jane Goodall, quien vive con los animales en su ambiente natural.
Bekoff señala que tiene sentido biológico y evolutivo que los animales experimenten una amplia gama de emociones y sean capaces de demostrarlas, igual que sucede en los humanos. En un artículo publicado por investigadores de la Universidad de Washington sobre ratas, la risa y la alegría, los autores describen como las ratas jóvenes vocalizan cuando se les hace cosquillas. Los científicos explican que esta risa “puede tener una relación evolutiva con la alegría de la risa en los niños cuando juegan en grupos”. Bekoff aclara que nuestras emociones pueden no ser exactamente análogas a las de los animales, pero ni siquiera las emociones humanas son todas iguales. “El modo en que dos hermanos experimentan la muerte de un padre puede no ser exactamente igual, pero ambos sienten tristeza”.
Bekoff cree que nuestra creciente aceptación de los animales como seres sensibles basadas en investigaciones científicas necesita motivar legislaciones que provean una mayor protección a los animales usados en los laboratorios, los circos y la industria del entretenimiento. Por ejemplo, un estudio del 2011 sobre los chimpancés y los trastornos del humor concluyó que “los chimpancés mostraron conductas similares al estrés postraumático y la depresión (en los humanos) en su principal criterio de diagnóstico, revelando la importancia de las consideraciones éticas sobre el uso de chimpancés en la experimentación científica y otras condiciones de cautiverio”. Y sobre cómo este conocimiento afecta a los humanos, Bekoff señala que “aumenta el conocimiento de las personas sobre su lugar en el mundo de los mamíferos –como mamíferos únicos- pero mamíferos al fin y al cabo”.